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Carta de un científico a Barañao: "Nos quiere tomar por idiotas"

Un investigador del Conicet que actualmente se encuentra estudiando en Francia dice que el ministro "ahora parece deplorar políticas" que antes "aplaudía como foca de circo".

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Carta de un científico a Barañao: "Nos quiere tomar por idiotas"

Leandro Andrini, licenciado en Física e investigador en el Área Química (Química-Física) del Conicet, vio el video en el cual el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, afirmaba que debe fomentarse que los científicos se vayan del país. Fue demasiado para él, y decició escribir una carta al funcionario.

Estos son algunos fragmentos:

"A mediados de los 60s el pensador y científico argentino Amílcar Herrera, muy poco estudiado en el país a pesar de la riqueza de su obra, dio en llamar 'fuga de cerebros' a lo que el ministro llama 'fomento para que la gente se vaya'. En la misma década, casi simultáneamente a las categorizaciones de Herrera, unos militares encontraron políticas adecuadas para 'fomentar que la gente se vaya'. Se la conoce como 'Noche de los Bastones Largos'. Se cumplieron 50 años hace muy poco.

"Unos años más tarde, la triple A y la dictadura cívico-militar (con la cual la familia Macri se enriqueció sideralmente; gobierno del cual Barañao es ministro -y lo digo así: gobierno de la familia Macri-) encontraron una política adecuada, para "fomentar que la gente se vaya", más atroz todavía que los garrotazos del gobierno militar de Onganía. Dos décadas después, el gobierno de Menem congeló la planta de Conicet, congeló el ingreso a planta docente en las Universidad Públicas Nacionales, pretendió eliminar las dedicaciones exclusivas. Su sucesor, De La Rúa, no le fue en saga. Pretendió cerrar la CNEA y dejó varados en el exterior a becarios postdoctorales".

"Las políticas de fomento para que 'la gente se vaya' son políticas de expulsión. Y, por otro lado, son contrarias, precisamente, a las políticas de radicación de científicos, las que ahora parece deplorar y que aplaudía como una foca de circo en otro gobierno".

"El ministro quiere tomar por idiotas a parte de la clase política a la que le habla en el Congreso, a la ciudadanía y a sus propios colegas. Intenta convencernos apelando a falacias. Tan burdo es su artilugio que denigra sus credenciales científicas. Un discurso que se derrumba por el contraste con los sólidos datos. Así, Barañao se convierte en un personaje pre-galileano, más ligado a la clerecía inquisitorial que a la cuestión observable/mensurable que, en parte, exigen las metodologías de las ciencias fácticas.

"El ministro se muerde la cola en eso de 'como hemos creado condiciones adecuadas'. Cabe preguntarse para qué se crearon las condiciones adecuadas, sino es para que las/os científicas/os cumplan con su función. Lo que es peor, el ministro nos anoticia que haber creado tales condiciones "es tremendamente nocivo", por lo que debería renunciar retroactivamente por incompetencia en la función pública.

"Lo dice con una desfachatez tal que evidencia que no le preocupa ni la contradicción enunciada ni la propia coherencia mancillada, y menos el sistema científico-tecnológico nacional. Estos discursos, acomodaticios, contradictorios, insustentables, faltos de todo rigor (inclusive del que deviene de la honestidad ético-intelectual), forman parte de la esquizofrenia de quienes no tienen otro compromiso más que con el amo."



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