Este sábado, Hezbollah anunció oficialmente la muerte de su líder, Hasán Nasralá, a raíz de un bombardeo realizado por Israel en los suburbios del sur de Beirut, donde el grupo proiraní tiene su bastión. El comunicado del movimiento detalla que “Sayed Hasán Nasralá se reunió con sus compañeros mártires (...) cuya marcha encabezó durante casi treinta años”. La noticia se produjo más de 19 horas después del ataque que alcanzó su cuartel general en un área densamente poblada de la capital libanesa.
Un líder influyente
Con 64 años, Nasralá había sido una figura clave en la historia de Líbano, tomando el mando de Hezbollah en 1992 tras la muerte de su predecesor, Abbas Musawi, en un ataque aéreo israelí. Bajo su liderazgo, Hezbollah evolucionó de ser un grupo de militantes desorganizados a una organización capaz de expulsar la ocupación israelí en 2000. Su vida se caracterizó por la clandestinidad, apareciendo raramente en público.
Intensificación de los ataques israelíes
El ejército israelí, que anunció la muerte de Nasralá a través de su portavoz, intensificó sus operaciones en Líbano, con el general Herzi Halevi advirtiendo que “sabremos alcanzar a cualquiera que amenace a los ciudadanos de Israel”. Además, el ejército afirmó que la “mayoría” de los altos dirigentes de Hezbollah fueron eliminados en los recientes ataques. La operación, conocida como "Nuevo orden", se realizó en respuesta a la escalada de enfrentamientos entre ambos lados.
Reacciones y consecuencias
La muerte de Nasralá se produce en medio de una situación tensa, con Hezbollah abriendo un frente contra Israel tras el inicio de la guerra en Gaza, desatada por un ataque de su aliado Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, el grupo prometió continuar su resistencia hasta que se detenga la “agresión israelí en Gaza”.
El bombardeo del viernes dejó un saldo de seis muertos y causó el desplazamiento de cientos de personas, mientras que Hezbollah lanzó cohetes hacia Israel, aunque la mayoría fueron interceptados.
Implicaciones internacionales
Ante este escenario, las autoridades europeas han recomendado a las aerolíneas que eviten los espacios aéreos de Líbano e Israel, al menos hasta el 31 de octubre, en medio de la creciente inestabilidad en la región.