Familiares, amigos, colegas y algunas figuras de la política se reunieron hoy para recordar al fallecido fiscal Alberto Nisman en lo que fue el segundo acto del 18F.
Al acto asistieron las hijas de Nisman, su madre y su ex esposa, la jueza Sandra Arroyo Salgado, y se leyeron adhesiones del Colegio Público de Abogados, la Asociación de Magistrados, la CGT y del gremio de camioneros, así como del sindicato de peones rurales que encabeza Gerónimo "Momo" Venegas.
El dirigente sindical de los judiciales Julio Piumato tomó la palabra para criticar el curso de la causa que investiga la muerte del fiscal de la causa AMIA. "Aun no tenemos justicia", dijo rodeado del mismo grupo de fiscales que hace un año convocó a la multitudinaria marcha del 18F: Guillermo Marijuan, Ricardo Sáenz, Carlos Stornelli, Eduardo Taiano y José María Campagnoli, entre otros.
Al estrado también subieron las hijas menores del fiscal, Iara y Kala Nisman -que recibieron un cuadro recordatorio-, y su abuela Sara Garfunkel y su tía Sandra. Arroyo permaneció abajo del acoplado proporcionado por el gremio y rodeada de los abogados de las querellas Manuel Romero Victorica, Federico Casal y Pablo Lanusse.
También concurrieron figuras como el ex juez Alberto Piotti, Juan Carlos Blumberg, directivos de la comunidad judía y el ministro de Ambiente y rabino Sergio Bergman, único funcionario de primera línea del gobierno nacional presente.
Ninguno hizo declaraciones, pero Piumato se encargó de replicar desde la tribuna toda la línea argumental que Arroyo Salgado expuso en el último año, referida a su convicción de que se trató de un crimen.
"Hoy sabemos fehacientemente que hubo una zona liberada" en torno al departamento de Nisman, aseguró Piumato, para quien "cuando hablamos de esto nos referimos a la acción del Estado".