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Entreguistas: Aerolíneas quedó formalmente habilitada para la privatización

La gestión libertaria decidió avanzar formalmente con la posibilidad de privatizar la aerolínea de bandera, que había quedado "excluida" de la Ley Bases. Todo se da en medio del conflicto gremial y reclamos que incluyeron paros y asambleas. Con ese conflicto y el blando argumento del Gobierno del supuesto déficit de Aerolíneas Argentinas, Milei encontró la excusa perfecta para avanzar con su entrega.

Aerolíneas Argentinas está a punto de ser entregada, otra vez. Como en los noventa. En medio de persistentes reclamos gremiales por mejoras salariales y un amparo judicial contra la declaración del Gobierno de los vuelos como servicio esencial para contrarrestar las huelgas, la gestión libertaria avanzó formalmente con su revanchismo político y reducción estatal al declarar formalmente a la aerolínea de bandera como una empresa estatal sujeta a privatización.

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Lo hizo a través del Decreto 873/2024 publicado este miércoles en el Boletín Oficial, considerando que “luego de 16 años de la estatización de la compañía, los objetivos propuestos no fueron concretados”.

Bajo el argumento de que se trata de una empresa deficitaria, la gestión libertaria apunta a su entrega. No obstante, hay argumentos que plantean que el discurso del Gobierno es falso.

La decisión había sido anticipada a finales de la semana pasada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, al precisar que “el Presidente de la Nación va a firmar un decreto que va a declarar a la empresa Aerolíneas Argentinas sujeta a privatización tal como lo habilita el artículo noveno de la ley 23696, llamada Ley de Reforma del Estado”.

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El Ejecutivo explicó que la norma, que deberá ser refrendada por el Congreso, “se dicta en línea con las políticas adoptadas por el Gobierno Nacional referidas al proceso de apertura económica y en el entendimiento de que la conectividad aérea resulta un pilar fundamental para el desarrollo económico de la Nación”.

Al mismo tiempo, el texto reglamentario expresó que “esta medida propende a que Aerolíneas Argentinas S.A. opere bajo criterios de eficiencia comercial y genere un ámbito de competencia en igualdad de condiciones, profundizando la libertad de los mercados, sin que esto implique la pérdida de soberanía nacional”.

En ese sentido, indicó que “la privatización de la compañía y su funcionamiento en condiciones de mercado permitirán una mejor prestación del servicio, el cuidado de las arcas públicas y, principalmente, que los argentinos dejen de financiar el déficit de una compañía ineficiente”.

La determinación de la administración de Javier Milei de avanzar con la privatización de la compañía, que había quedado "excluida" de la Ley Bases, se da en medio del conflicto con el personal que incluyó medidas de fuerza y reclamos en las últimas semanas. Con ese conflicto y el blando argumento del supuesto déficit, Milei encontró la excusa perfecta para avanzar con la privatización que había dejado afuera de la mega ley sancionada en junio. Para la gestión libertaria, era cuestión de tiempo dar vía libre a la privatización.

Al respecto, en el documento oficial, el Gobierno apuntó contra los trabajadores de la empresa sosteniendo que “a pesar del grave resultado económico que arroja la gestión de Aerolíneas Argentinas S.A., sus empleados mantienen importantes beneficios que contribuyen a empeorar la situación descripta”.

La firma del decreto se suma a la presentación del proyecto de privatización realizada por el diputado macrista Hernán Lombardi y que no logró el apoyo necesario para la sanción de un dictámen y que sea tratado rápidamente en una sesión de la Cámara.

No obstante, fuentes oficiales indicaron que diputados del PRO, el MID y LLA acordaron avanzar con el dictamen de comisión el martes de la semana que viene, mientras que en el entorno del presidente Javier Milei reiteraron la advertencia de que si el Congreso no aprueba la privatización antes de fin de año, le entrega la empresa a los empleados de Aerolíneas o desaparece.

Todo esto en el marco de una situación de conflicto con los gremios, que parece haber llegado a un punto sin retorno y frente a la decisión imprescindible por parte del Directorio de la empresa de nombrar cuanto antes a un Gerente de Operaciones, ya que sin este la compañía no está en condiciones de funcionar, debido a que el que estaba renunció.

El plazo es el próximo 16 de octubre, cuando vence el plazo para el nombramiento. Ese mismo día la Asamblea de Accionistas de Aerolíneas Argentinas, deberá resolver la expulsión del sindicalista Pablo Biro como miembro del Directorio.

La definición del Gerente de Operaciones siempre se dio en un consonancia con los pilotos, esta vez eso no parece que vaya a ocurrir porque la propuesta de los pilotos fue definida por fuentes, como “descabellada”, consignó la agencia NA.



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