Ante una multitud que superó ampliamente las expectativas de la convocatoria, las Madres realizaron su histórica ronda, que luego debieron trasladar directamente a las calles que rodean la Plaza de Mayo por la gran cantidad de personas.
Antes de marchar, otras Madres pusieron sus cenizas en la Pirámide de Mayo, en medio de aplausos, lágrimas y canciones de lucha.
Ahora, los restos de Hebe descansan cerca de los de Azucena Villaflor de Vicenti, la primera madre, cuyas cenizas permanecen enterradas en la base de la Pirámide de Mayo.
El 30 de abril de 1977, en plena dictadura cívico militar, un grupo de madres que buscaban desesperadamente a sus hijxs comenzaron a marchar en esa misma Plaza en la que hoy descansan las cenizas y la memoria.