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Siete preguntas a la poeta Patricia González López

La autora de "Maldad, cantidad necesaria", "Otro caso de inseguridad" y "La Traición", entre otros poemarios, responde el cuestionario de Infonews sobre sus gustos literarios, rituales de escritura y temas centrales de su obra.

Foto: Leandro Binetti
Foto: Leandro Binetti

Patricia González López nació el 7 de agosto de 1986 en la Ciudad de Buenos Aires. Es escritora y licenciada en Relaciones Públicas. Autora de los poemarios "Maldad, cantidad necesaria" (2013, Milena Caserola-Llanto de mudo); "Doliente" (2016, Cospel; 2019, Liliputienses, España), "Otro caso de inseguridad" (2018, Santos Locos) y "La Traición" (colección Francia-Argentina, RAZ editions, Francia, 2021). Fue jurado de poesía en el Concurso de Literatura de la Ciudad de Buenos Aires para 2014/2015 y 2018/2019. Organizó encuentros de lectura y mesas de debate de poesía. También participó en festivales y antologías internacionales de dicho género literario. Reseña libros y recomienda vinos en la columna “Bebido y leído” del programa Malas Lenguas, Radio Monk.
 

1) ¿Cuál fue el primer libro que te deslumbró y por qué?

El primer libro que me deslumbró fue “Catas a un joven poeta”, de Rainer Maria Rilke. Me lo regalaron cuando supieron que escribía poesía. Lo leí en mi adolescencia, y fue un lugar que me abrazó, que acompañó mi soledad adolescente, que me ayudó a pensar, a ver mi relación con las cosas, y que me dio además un empujón para seguir escribiendo. Fue mi primer libro de relectura constante. Después llegó “Más allá del bien y del mal”, de Friedrich Nietzsche, un libro que llegó a través de mi madre, aunque creo que no sabía lo que estaba haciendo, de esas ediciones que se encuentran en las estaciones de tren, subte. Fue una lectura lenta y estimulante, llena de subrayados, notas. Me encontré, encontré lo que pensaba, o lo que quería pensar, fue fascinante, siempre vuelvo ahí. Me parecía un libro lleno de vida, áspero, que me daba voluntad para ir más allá de lo que me decían que podía hacer o lograr. Sentí que me daba un permiso de hacer algo distinto.

2) ¿Tenés alguna manía o ritual a la hora de sentarte a escribir?

La única manía que tengo, creo, es que junto todos los papeles, cuadernos, libros donde hice anotaciones, leo todo, transcribo todo a un documento, y me fijo qué estuve escribiendo. Cuando hago eso descubro cosas, qué me estuvo preocupando, qué me interesa, en qué me repito, en qué frases encuentro un poema o el inicio de uno. Después, en general, bebo algo, un té, un mate, un vino, depende de la hora. Pero en la reunión de papeles arranca el ritual.

3) ¿Cuáles son los temas o problemáticas que más te interesan abordar como poeta?

Me interesan las oscuridades que se generan a través de las dinámicas de poder. Qué pasa con los trabajos, las relaciones de trabajo, cómo afectan ciertos intereses, inseguridades, ambiciones en relación con el otro. Me interesan las cuestiones ridículas con grandes consecuencias, las amistades, el deber, los patrones, las luchas y sus contradicciones. El amor con todos los esquemas y representaciones que viene dado, incluso el sufrimiento.

4) ¿Qué te gusta hacer cuando no estás escribiendo?

Siempre que pueda, dormir. Escuchar, conversar, leer.

5) ¿Cuál fue el último libro que leíste y recomendarías?

Leí el "Río de las perlas", un poemario de Paula Brecciaroli muy hermoso que funciona como una crónica de los últimos días de la pirata Zheng Shi con su discípula. Me gustó mucho el libro por las cosas que se logran decir mientras parece que hablás de otra cosa. No fue el último que leí pero también quiero recomendar "Obra social", el poemario de Marcos Krämer. Es un librazo donde podés oler, sentir, escuchar el espíritu de la soledad, la vitalidad y la necesidad de la presencia y la palabra de alguien más que nos confirme nuestra existencia. También me gusta que muestra los solos que podemos sentirnos cuando vemos y denunciamos algunos dolores obreros. Tiene una acidez exquisita.

6) ¿Podrías nombrar a cinco escritores/as que admirás?

Admiro muchísimo a Juana Bignozzi, Roberto Juarroz, Leopoldo María Panero, Ida Vitale y Beatriz Vignoli.

7) ¿Por qué escribís?

Escribir es mi forma de pensar. Escribo para cerrar conversaciones, para abrirlas, para gritar o para reflexionar acerca de lo que grité. Escribo para escaparme de las buenas formas, de la cortesía, para hablar de lo que no se puede hablar mientras a muchos nos pasa lo mismo, escribo para decir lo que queda mal, para tener un instante de profundidad.

 

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