Sebastián Grimberg es narrador y psicólogo. Ha recibido premios y menciones en diversos concursos. Sus cuentos figuran en antologías, revistas y diarios como Axxon, Crepúsculo, Ficcionario, Próxima, La Balandra y Página/12. En 2019 su libro de cuentos inédito Como un ancla obtuvo una primera mención en el Premio Fundación El Libro 2018/19. Ha publicado los libros de cuentos Cada siete segundos (Conejos, 2014), Segundo Premio Municipal de Literatura Ciudad de Buenos Aires, bienio 2014/2015; La mirada del asesino (CFI, 2015), Premio en Letras de la Bienal Federal 2013 del Consejo Federal de Inversiones; y la novela La guerra de los secadores (DLG, 2021). El guardián de los cerdos (Indómita Luz, 2022) es su segunda novela y, para su escritura, obtuvo en 2017 una Beca Creación del FNA.
1) ¿Cuál fue el primer libro que te deslumbró y por qué?
Dailan Kifki, de María Elena Walsh. Me deslumbró porque se podía entrar tanto en la historia que los personajes me parecían de carne y hueso. Con decir que una vez, con mi madre, estuvimos en la estación de tren de Ituzaingó y yo pensaba que ese era el lugar en donde habían estado los personajes, que podía encontrármelos en cualquier momento.
2) ¿Tenés alguna manía o ritual a la hora de sentarte a escribir?
Tuve muchas en momentos en que tenía tiempo de sobra y, evidentemente, no tan claro qué escribir. Desde libretas y lapiceras determinadas, hasta bares donde la luz del sol incidiera de cierta manera por la tarde. Después hubo que trabajar más que antes, después hubo hijos, el tiempo se acortó y, gracias a eso, se me fueron las mañas. Hoy escribo dónde sea y cómo sea.
3) ¿Cuáles son los temas o problemáticas que más te interesan abordar como escritor?
No hay temas que me interese abordar de antemano, o por lo menos que yo tenga muy en claro que me interesa hacerlo. Sí, en retrospectiva, puedo ver temas que he abordado a lo largo del tiempo y que, supongo, tienen que ver con mis propios cambios: los vínculos amorosos, la identidad, la mitología y la cultura guaraní, algunos aspectos de la historia argentina y la paternidad.
4) ¿Qué te gusta hacer cuando no estás escribiendo?
Leer por sobre todas las cosas, escuchar música, cocinar y viajar, estar en tránsito.
5) ¿Cuál fue el último libro que leíste y recomendarías?
El traductor, de Salvador Benesdra. Una joyita. Hace rato que no encontraba, en nuestra literatura, un libro así.
6) ¿Podrías nombrar a cinco escritores/as que admirás?
Voy con escritoras y escritores argentinos, contemporáneos: Martín Kohan, Salvador Benesdra, Mariano Quirós, Alejandra Kamiya y Esther Cross.
7) ¿Por qué escribís?
A esta altura, para mí, escribir es una forma de vida. Escribo narrativa (a veces intento poesía), escribo diarios, les escribo una suerte de bitácora a mis hijos desde hace años, escribo para tratar de ordenar lo que pienso, para tratar de entenderme, escribo en el laburo, escribo cuando me siento bien y cuando me siento mal, en definitiva, escribo, siempre. Sin la posibilidad de escribir, creo que me quedaría en blanco, desesperado, diría. Escribir parece ser una forma de hacer algo con la angustia.
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