Mónica Santino: "Estamos discutiendo el poder real"

"El Ni Una Menos fue, para nosotras, una bisagra en cuanto a la popularización de los feminismos y que toda esa agenda que veníamos trabajando entre en el movimiento de mujeres y feminismos. Entonces lo que se logró ahí fue mucha más visibilidad, muchas más compañeras comprometidas". 

Mónica Santino es futbolista. Arrancó a jugar un par de décadas atrás y con el correr del tiempo se convirtió en directora técnica. Desde hace 15 años trabaja en uno de los barrios populares de la ciudad de Buenos Aires, donde junto a la fuerza de otras mujeres creció "La Nuestra", un equipo ejemplar.

Mónica Santino es futbolista y es una futbolista feminista que en un nuevo aniversario del Ni Una Menos analiza cuáles fueron los cambios sociales que se dieron hasta el momento y cuáles son los desafíos que quedan por delante. Animada, convencida, Mónica va para adelante y charla con Infonews sobre ello. 

"Sin dudas, cuando nosotras llegamos al barrio lo primordial era buscar un espacio, tener una cancha. Y eso para las mujeres en general, para las jóvenes, las niñas, adolescentes, era difícil, era muy desigual porque la cancha estaba casi siempre ocupada por varones. Entonces la fundación de La Nuestra tuvo que ver con ocupar el espacio, el territorio. Las canchas en los barrios son los lugares más importantes. A partir de ahí fue pensar en un entrenamiento cada vez mejor, las demandas de las jugadoras y ser nosotras cada vez mejores directoras técnicas y sumar compañeras porque también iba creciendo el número de pibas", relata Mónica sobre cómo fueron los inicios allá por 2007. 

En un momento pareció que jugar a la pelota era más común entre mujeres y, además, florecieron los equipos y torneos organizados por compañeras de trabajo. ¿Casualidad? Claro que no: las mujeres organizadas política y socialmente fueron clave en este fortalecimiento y es algo que también describe Mónica contando la importancia que tuvo el Encuentro Nacional de las Mujeres para grupos como el de La Nuestra.

"Lo que nosotras hicimos en ese tiempo fue empezar a armar cuestiones alrededor del fútbol en los Encuentros Nacionales de las Mujeres. Lo arrancamos en Salta en 2014 armando cancha contraturno de los talleres, no era parte oficial del encuentro sino que lo armábamos nosotras como un torneo donde podía ir a jugar cualquiera y después de eso hacer una reflexión".

Santino destaca que fue un gran primer paso pero que hubo más hitos en la historia reciente: "Fue creciendo ese espacio y conocimos compañeras, empezamos a organizar festivales de derechos de las mujeres y fútbol desde 2016 y cuando llega el Ni Una Menos estábamos en todo ese período y en esa cosa tan fuerte de significatizar lo que es ser futbolista en un barrio y poner un dispositivo que no tenía que ver solamente con los entrenamientos sino una parte de plantear derechos, organizarnos para campeonatos, pensar en uniformes, en la salud sexual reproductiva, un montón de cosas". 

"Nosotras, de la Villa 31, grupos de distintos puntos del país, las compañeras de Abriendo la Cancha en Córdoba, Las Martas en Santa Fe y las cantidades de espacios feministas que tienen los clubes tradicionales me parece que forma parte de un movimiento que pudo propulsar estos cambios", sostiene la DT que reconoce sentir rabia cuando la AFA y FIFA, incluso la Justicia, no actúa como se espera ante un caso de violencia pero aclara, también, que el gran triunfo de las pibas es la organización y que ya ninguna estará sola. 

 

-¿Qué es necesario cambiar de manera urgente en los clubes tradicionales?

-Que las áreas de género dejen de ser testimoniales y dejen de ser 'Esto es un problema de mujeres, que lo resuelvan las mujeres nada más'. Que esas compañeras, esas chicas, puedan acercarse y que la perspectiva de género sea transversal a todo en su club: infraestructura, vestuarios, lo deportivo, lo que ocurre con el fútbol femenino. 

Lo que tiene que pasar es eso y las compañeras que están en el área de género ahora están discutiendo el poder real. Es lo que se viene ahora y es un gran desafío. Conseguimos visibilidad, que me parece re importante, porque antes ser futbolista era la nada misma y hoy una piba se planta y dice 'soy futbolista' y es distinto. Entonces ahí está uno de los grandes logros y después, todo lo que falta, que es un montón pero con lo que se logró en pocos años me parece que soy optimista. 

La denuncia de Maca Sánchez, que es la que mueve el profesionalismo, no hubiera sido posible sin todo ese movimiento social atrás. En la época que jugábamos nosotras te dejaban sola en el vestuario y ahí terminaba la protesta o el pedido de algo. 

 

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